No sé cuántos años estuve jugando a Rolemaster, pero es increíble
cuantos recuerdos atesoro de aquella época, parece increíble como pasaba el
tiempo mientras sentado alrededor de una mesa imaginabas increíbles viajes y
lugares indescriptibles.
Pasabas tantas horas jugando con tus colegas que tu ficha
(tu personaje) pasaba a ser algo muy personal, y cuando en una trifulca era
derrotado o muerto en combate, acababa siendo como si perdieras algo.
Alexander con su Conan, Almus y tachok con sus enanos, Vasco
con su Nietchano, zana con tu trol, Pam con su elfa, y como no Iván con su
inmortal Mago.
Por un momento se nos olvidaba quienes éramos, donde estábamos
o los problemas que teníamos, éramos más que nosotros, más que amigos, éramos
compañeros y nuestras hazañas se cantaban por toda la tierra media.
Lo realmente irónico de todo esto es que nunca o casi nunca jugué,
siempre me toco de master (de narrador) pero todo i con eso siempre fue una experiencia
increíble.
Hoy cada uno vive su aventura, llena de peligros y lugares mágicos,
pero desde hace mucho, esa aventura la vivimos solos, hace demasiado tiempo ya,
que no nos vemos, y el grupo de aventuras se perdió hace ya mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario